10 de diciembre de 2006

Manos



En estas manos
no caben hija mía tus sueños
debes abrir las tuyas
descansarlas sobre la hierba fresca y dejarlas abiertas
una noche divisas un suspiro de estrellas
y vas por ellas, cogiendo las que te basten
dejando otras para los que vienen detrás
pon sobre las manos del herido
una montaña desalambrada
refresca el canto de la madrugada
roza con tus manos el son de libertades
que debes surtir y entregar
si la dejas resposar por mucho tiempo
verás que se agusanan

Intenta mirar tus manos por las noches
si, no puedes ver su áureo color de palma
si no se transparenta la piel
y cae como carcoma de tus dedos la impiedad
y ves jugar la usura como anillo
entonces, ve a coger como Margarita Debayle
una estrella que cauterice la ponzoña
córta, cada muralla con esa manos nuevas
y levántalas limpias sin manchas

Si a pesar de todo,
el trompo que gira constante te atrapa…
el mundo no te despreciará
quizás te aplauda
entonces comprenderás
que estar cubierto de simulada carne
que redondear el seso
vender las manos
y vestir coraza de guerra
es sólo sinónimo de derrota humana.

Pero hay esperanzas
podemos levantarnos una y otra vez
volver a intentarlo, divisar otras estrellas
y volar a cogerlas
mientras no poden vilmente
como a Víctor Jara
nuestras manos