10 de diciembre de 2006

Ceguera

El silencio invisible nunca es
y en la oscuridad más lúgubre,
puedo ver hasta tinieblas...
allí, donde la visión es clara
y la pupila ciega es
la nada percibo entonces
y veo con nitidez
porque queriendo ver lo que veo
veo, lo que no quiero ver

Ya no percibo igual
si es cierto que ahora veo…
¿entonces dónde radica?
¿en el ojo que no ve?
¿o en la vista que no mira?
tengo ojos para ver
y uso vista al percibir
uno me lo dice todo
y la otra no me deja ver...
Si queriendo ver no veo
¿es que otros no me dejan ver?
y deseando percibir…
¿sólo veo lo que quiero?

¡Esta sí que es ceguedad!
tan oscura e indeleble
¡la terrible!
¡la que pierde!
y no hay rumbos para ella
ni señales,
ni advertencias...
cuando es tarde,
se descubre
es el punto,
donde veo...
¡qué ya es tarde!
¡qué no hay tiempo!
la claridad está enfrente
entonces…
ya percibo,
miro
y veo
¿entonces?
no iba ciega
ni mis ojos,
no podían ver
era yo, que aún viendo,
¡sólo no quería ver!