Me asaltan bestias, me derrotan gemidos, me persiguen gritos.
Quiero llorar con la apestosa forma de llorar de un desquiciado
y no puedo, no puedo.
Esta garra terrible de dolor me persigue, aprisiona, atropella, ahoga.
Le hago mil zigzagueos de huida y me sale al encuentro
como hiena arrastrando espuma dolorosa
Hay algo que fuerza, empuja, desgarra
soy toda tinieblas, toda abismo
toda carcajada de espanto.
No puedo huir, no puedo huir
salir como estampida
y golpear la vida
como ella golpea
sin conmiseración.
Quisiera cortar de pronto mi lengua
torcer, acallar, silenciarla.
Pero no está en la boca que implora
ni es el labio que desata la imagen de duelo
está más adentro
más profundo
está en el suspiro
agónico
del seso.
Sylvia Rojas P.
4 comentarios:
he llegado a tu espacio a través de atinachile, y me dedique a leer la mayoría de tus escritos y me fascinaron llenos de amor.....
saludos
rikardo
como podemos ver no sabemos si llegó a este estado mediante un café o un licor que embruja, pero siente esa desgarradura de la vida y la manifestaís bien ¿Qué importa cuanto cafe o licor debeís tomaros?
Fenix...siempre regresando
Bajo un elixir barato, corriente, ese que gota tras gota se destila, con la claridad y horror que produce el estar sobrio ante las vida, lo otro adormece, y pìnta siempre de mentira la senda, hace ver espejismos y dragones que desaparecen, al primer Buuuuuuuuuu, estos otros suelen ser reales y nunca terminan por irse.
Un abrazo por dignarse pasar cerca de las patas de los caballos.
Salud
Se desgasta el acento, se trituran los gemidos, se condena la palabra…igual y, aún así, mi boca te pronuncia.
Eres el sonido hecho poderío en cada frase trenzada con desenvoltura y pasión.
Felicitaciones, Shyvy!
Un abrazo desde mi árbol
Pilar
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