12 de enero de 2008

Mis Otelos

Tuve celos, amargos celos

hierros de hiel de extremo a extremo

convulsionando la cuenca y desmayé.


Tuve celos, agudos celos

furiosos dragones de fuego devorando

rompiendo, abrasando, cercenando.


Tuve celos, tristes celos

e imaginé la vida sin abrazos

y un mutismo eterno desterrado de palabras.


Por un instante fui toda ira, guerra, muerte

enalbardé aguijones, lacerando mi boca

la misma que amó tanto, agonizó muda.


Después doblada supliqué por luz

la misma luz que sentaba su mirada de alegría en mi retina

esa misma luz cegó largas horas la razón y lloré.


Porque mordido el orgullo y fenecida la esperanza

uno llora a solas

y reconoce que ha perdido.






Sylvia Rojas Pastene.

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