16 de diciembre de 2007

Hay un cielo trizado de hambre

















sobre mis ruegos

y bajo mis súplicas

una enorme piedad azul de pan.


La justicia que debía llegar hoy

se enredó en telarañas de oficio.

El hambre tomó feriado

para no sobregirarse en lamentos.


Todo lo que podía comer

fue pisoteado por moscas

y ante la mesa adeudada

me he servido tus sobras.


Anaranjada noche

desafiando mi sueño

sé que el vacío se llena de nada

y que gritar dos veces por pan

es recibir promesas falsas.


Me iré a las sábanas

con un hierro cruzado en la boca

y la rueda profunda de rojo vivo

arrastrará miserias por mis venas.


Toca el borde de mi techo

una espalda agigantada

explota la miseria y desmaya

roba el bocado en vitrina

pero no tendras mi clamor.


Por un plato de legumbres

o vuelto de monedas

no venderé mi razón.


Diré hambrienta

hambre inhumana

hambre de mierda

hambre muerta de trigo

hambre injusta

hambre de hombre con hambre

no de pan

no de harina

hambre libre

de impuestos de usura

plagas, olvidos, punto final

hambruna de corazón

hambre eterna y vergonzosa

hambre de mi hambre

hambruna de pobreza

de esa pobreza salobre

que no gritaré

por faltarme los dientes

para morderla y matarla.

2 comentarios:

ALBERTO NAVERO dijo...

De la pobreza

Pobre de pobreza, pobre de la pobreza mía, pobre de misterios, pobre de simplezas, pobre de humanidad, pobre de luz que indique el camino a seguir; qué oscuridad de alma nos envuelve!
Todo conspira “ por un plato de legumbres o vuelto de monedas no venderé mi razón.” como nos dice la poeta Sylvia Rojas, todo conspira como presión inaceptable sobre las nubes negras, ni me ensucio el alma, ni me embarro el bolsillo… todo parece tan lejano, sin embargo, el poema nos baja a esta tierra y nos damos cuenta que convivimos en el polvo, la materia y el dolor…
Ah! pero no olviden “espíritus libres”, somos solitarios, vivimos solitarios aquí y allá, sobre la tierra que no nos pertenece, porque ya es de otro hambriento, hambriento de poder. Todo es parte de una conspiración, la de los poetas, malditos hambrientos de justicia y amor…
“El viento trae olor a terneros mojados”. Evoco a Teillier en este asunto y duermo, rezongo y asusto a las aves para que vuelen al horizonte y depositen la semilla prometida en otras tierras lejanas.

A. Navero

Alemarey de los Ángeles dijo...

Shyvy, me hiciste llorar; me dolió mucho este poema y no son precisamente los días de invierno; cuánta hambre en el mundo, cuánta hambre en nosotros mismos.

Abrazos juertes cargados de luz,
Janita.