Vil recuerdo que ahoga,
cercena y mata el aliento
Tuve compasión
y para no ahogarme también
cogí de su pecho todo el olvido
se lo di a beber de un sorbo
entonces los ojos de angustia
subieron al cielo.
Dejé las últimas gotas
fue suficiente...
vi pasar los mios
no tuve opción
el infierno se desplegó
ardiente y maldito
Sylvia Rojas P.
3 comentarios:
Heeeeeeyyy
tus poemas cortos son muy buenos!
este me gustó menos que los otros pero estan muy directos y sencillos..
bello
un beso!
1
2
3
me aborté
una joya!
Descubrí que los silencios
eran voces para otro oído.
=)
mil sonrisas para ti
M
Sonrisas para ambos, la que se aborta tardíamente o quizás nunca es tarde para hacerlo (je je je) y al joyero, los fui a leer a ambos, valiosos, no se pierdan.
Abrazos sofocantes
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