23 de enero de 2008

Mi vestido blanco





















Deseo encontrarte a solas en rincones de humo y bares de jazz yo y mi vestido blanco.

Caminar hacía ti entre sombras, sin más luz que mi vestido blanco.

Sentarme a tu mesa con mi vestido blanco fundido en mis pliegues húmedos.

Robarte el cigarro que cae de tu mano tensa y regalarte mis piernas de chocolate dorado bajo mi vestido blanco.

Quiero que roces mi vestido blanco y por los hilvanes vayas buscando el hilo del deseo trenzado en suspiros cubiertos tan sólo por mi vestido blanco.

Deseo que deslices el pabilo y compruebes que mi vestido blanco no cae fácil, se detiene en mis caderas y sólo con algunos.

Quiero ser cruel con mi vestido blanco, inclinarme en tu mesa y dejar que el escote de mi vestido blanco, te nuble el deseo simulado en humoradas rojas.

Mostrarte sin pudores, como afirma mi vestido blanco el calor de mi pequeña boca.

Ver tus ojos cuando una brisa malvada, levante las orillas palpitantes de mi vestido blanco y bajo el blanco vestido escuches la llama del jazz y tu mano como humo, se aserpiente por sobre y bajo mi vestido blanco.

Deseo que a solas tú y yo , en un rincón cualquiera con mi piel desnuda, cumplamos la profecía de mi vestido blanco.

A lo lejos nos vea hacer el amor, pidiendo tregua, furioso, lleno de celos, yo despojada y él, él vestido de rojo.

Sylvia Rojas P.



1 comentario:

willmarhache@gmail.com dijo...

Qué pasiones encubres para gritar tanto en tan pocas líneas. Muy bello. Un abrazo