21 de abril de 2008

Herida























Sobre este duro nido
de mi pecho tan gélido
alguien fue sembrando dulzuras
brasas, consuelo.

Así, tras la tibieza del ruego
se fue despertando lento
como naciendo a la vida
fue creyendo de nuevo...

Mas un disparo de hielo
cobarde de sangre y verso
abrió en lo profundo la herida,
que una vez fue cuajo, hiel, duelo.

Tengo el dolor detenido
a ratos suspiro lento
siento el pulso de la vida gravitar lejos
y al dulce llamado eterno
me dejo llevar resignada, temo.

En vano sujeto la vida
ella se va sin esfuerzo
yo la dejo salir...
débil
triste
desconsolada
muero.