17 de enero de 2009

Instrucciones para hormigas espías












Una hormiga, una sola hormiga cerca de la sandía, del tazón de leche o un trozo de pan pelado, es señal de espionaje. Esa llamará a muchas para babear la sandía, ennegrecer el tazón y migajear el pan. Si se descuida tragará sin darse cuenta una acoplada y flotante nube negra. La picazón en las amígdalas le recordará que no hay altura que ellas no alcancen. Por tanto, hay que detenerla pulsando el dedo índice sobre su espalda, mantener suavemente durante tres segundos y soltarla. Sí da vueltas en redonda y no sabe hacia donde correr es una hormiga perdida, que a la menor presión se marea. Si queda pegada a la yema, usted es un asesino en potencia, aprieta al más débil. Si sube por su mano y además de lamer sus guisos, saluda, es una confianzuda. Si corre así como de medio lado, no hay para que comentar, es chueca. Pero si se hace la muerta, y al cabo de un rato ya no está, acaba de descubrir a la hormiga espía un poco tarde.



Fotografía de Labarca Rocco

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