11 de julio de 2008

Último tranvía

















La ventana culpable, tragó sorbos de voces. Afuera la calle escupía recuerdos
y a lo lejos el tranvía daba guiños llamando.
Salí pisando espejos en el suelo. Algunos más lúcidos que otros saludaron escupiendo olvidos.
Cubrí la cabeza con un manto púrpura de miedo, ofrendé disimulos en veredas nocturnas.
Con miradas destiladas hacia alcantarillas, vagué toda la oscuridad, devorando sombras huidizas.
Toda la noche y sobre el camino acecharon cuervos, cuervos de espalda oscura.
Ninguno intentó libar sangre de la cuenca, pero los desgraciados me sacaron los ojos sin aviso. Y así, ciega, pude pensar el tranvía sin paradas, sin boletos, sin maleta, sin destino, sin retornos.

3 comentarios:

profetabar dijo...

estimada Tocaya, me gustó este texto, una realidad cruel pero una respuesta alegre ante el hecho de que le sacaron los ojos, sólo espero que pueda llegar a destino, y estoy segura que puede.

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Buscando, palpando, quizás se encuentre alguna senda...aunque a veces dudo que existan destinos inertes, esperando. Así que mientras tanto, demos rodeos a granel, total, mientras se pueda vagar, vaguemos sin brújula "sin timón y en el delirio"
Gilberto Owen ( je je je)

K.R. dijo...

Me gustó mucho este trabajo, de verdad que mucho. Shyvy: tu escritura se ha ido haciendo cada vez más fuerte y eso me gusta porque uno se aprovecha y viene a visitar el blog sabiendo que hay regalitos seguros.
Mi abrazo y mis gracias,
KR