28 de noviembre de 2008

Vacuna




















No escribo sobre el amor, no porque ya no crea en él o porque no tenga amor para dar. Pero tengo mis dudas.
Les contaré que hace algunos días, al ir al templo de Eros, había afuera un tipo hermoso, haciendo propaganda a una nueva vacuna. Se acercó y me dijo que era gratis, necesaria, imprescindible y sin darme cuenta ya me había inoculado, el muy maricón.
Apenas logré ver las iniciales de su delantal, creo que era delantal de médico, pintor o carnicero.
Pero ya han pasado varios días, y no dejo de pensar en él. Me duele el orificio por donde entró la jeringa y no sé si reclamar por antídoto o por otra dosis.

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