
Pensando, cierro los ojos y hundo el rostro entre mis manos
más de alguno podría decir que es cobardía
pero no hay mayor reposo en mi palma completa
sujetando
férreamente mundos de esperanzas
o sombras de injusticias asiladas en mi frente
y cuando he vuelto en si después del viaje y sopor
veo que ha pasado la vida entre mis dedos.
Luego elevo los ojos, cubriendo la boca con mis manos
buscando en alguna tabla de cielo
una imagen que dejé colgada sobre memorias de nudos y años
que no he permitido ver
porque las he alquilado en otras manos.
Rodeo la barbilla y mis dedos rozan la sien
ojos cerrados y boca muda se rinden a la vida que espera.
Y el lento girar de la rueda, apresura mis días esperanzados
entre manos, dedos y vida siento, que no tengo alegrías colectivas
muchos sonríen con diplomas de días sábados.
En cambio yo voy fatigada de las mismas personas
de las misma sonrisas y las esquinas de espera.
Todo el mundo esta anidado en mis manos
y no puedo, por más que aprisione en mi palma los sueños
lograr evidenciar alguno.
Quisiera si se puede, esperar que sean otros quienes luchen
y seguir leyendo a quienes combaten, mientras yo pienso entre dedos.
Quizás suena fácil, pero no tengo otras manos donde apoyar mis derrotas.