Seres alados revolotean con furia en el vientre
no logro descubrir cuando los anidé
ellos rozan cavidad y agrietan
los arroja fuera una pestilente náusea
su plumaje de hiel me dobla
sus garras me atragantan.
Descubrí que no volaban
sólo hacían nido de miedo y rabia
Regresarán siempre como el puta fénix
tendré listo el clorhídrico para joderlos.
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