2 de agosto de 2009

Apuro

















Había días en que era necesario taparse los oídos con dedos, almohadas o quizás mejor esconderse en el closet con una linterna. Cualquier cosa distraía mientras los vasos se pulverizaban en la cocina -y chicotear el día, para que hoy fuera mañana.

7 comentarios:

Catalina dijo...

A veces queremos apurar la vida, otras pararla o incluso retrocederla.
Ese tic tac que nos recuerda que no podemos hacer ni lo uno ni lo otro, sólo dejar que pase... porque pasa, un dia pasa
abrazos ahora!

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Así es, además cambia ...que buenos ingredientes.
Abrazos al instante

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Y que eterno cuando quieres que sea mañana y ese mañana no llega...
besos y amor
je

MI CORAZÓN AL DESNUDO Y CON FRÍO dijo...

Da para un cuento mi querida amiga poeta.
Los recuerdos a veces son acosadores muñecos de la infancia. Hay que dejarlos pasar.
Aprovecho de agaredecer todo tu apoyo en la aventura guanayesca.

TK

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Así es Sedemiuqse...pero por más que queramos no va más rápido ni más lento...en cambio VA
Abrazos
P.D: Envíe calor desde su España

Sylvia Rojas Pastene dijo...

Estimado amigo:
Tiene toda la razón un cuento contado cuenta a cuenta. Me gustó eso de muñecos de infancia, pero dejarlos pasar nica hacerles zancadillas y voltearlos...habrá oportunidad de asaltarlos que sea.

Lo que se hace, se hace con agrado y eso ya lo hace todo.

Abrazos mi compadre.

Sergio Astorga dijo...

Sylvia, los relojes se escurren, sus carátulas se demacran y el mañana comienza distorsionado y se va irguiendo tiempo a tiempo.
Un abrazo apurado.
Sergio Astorga