
Por suerte no volveremos a pisar la tierra infartada
ni acotar agendas para el pulso amistad
nos iremos sonriendo sin pensar en volver
que vuelvan los fantasmas
los que que no han bebido el pulso a la vida
los que no han reído todas las risas
y no han llorado todas penas
pero nosotros los que en una palma nos cabe la vida
porque la vida no es la vida entera
son los trocitos de vida
suspiros de vida dados a quien verdaderamente amamos
y los abrazos no son todos los abrazos
esos que damos a miles son sólo roces
los nuestros siempre fueron abrazos pocos
y las distancias que sorteamos en esta vida
sólo fueron vida en movimiento.
Por suerte ya no esperamos coronas
digo ya porque muchas veces las postulamos
iremos libres de culpas y de atisbos de luz
cuando deje de chisporrotear nuestra materia gris
entonces la tierra recogerá cantando
la belleza de la podredumbre humana
después de todo no hay nada más bello
que sucumbir a la vida cerrando el párpado que otea
dejando lo que tuvo titulo de nuestro
a lo que colgamos carteles de propiedad
soltamos de manera completa y redonda
porque la tierra después de recibirnos
nos despide con la misma indiferencia que merecemos
como mortales sin retorno.