27 de noviembre de 2005

Dormida de amores.

No despiertes el corazón
déjalo así, dormir tranquilo
Pisa suave, no hagas ruido
no endulces las palabras.
Que mi boca sin búsqueda
es alegre sin rictus de amores,
ni raíces de espera.

Calla, palabras melosas
susurra, regálalas lejos
que en mi púrpura piedra
no encontraras ecos.
Que no tengo oídos atento
para el grito de mi sangre,
ni palabras suaves,
para el amor de tus carnes.


Silencia las voces,
enmudece los gritos
no quieras sostenerme,
que ni voy cansada
ni huyo con prisa
Que ya sé de los cambios…
que opera el amor
¡Cuando caes preso en sus garras de acero!